miércoles, 14 de enero de 2009

Una historia

Bueno, ya estoy aquí otra vez... y ahora es para deciros que dentro de poco, en Bastión aparecerá una historia por capítulos.
Ya adivinais de que va, ¿no...?
Si, va de zombies, concretamente la historia de una infestación zombie.
Hoy, publicamos el prólogo. Así, sin pensar...
Estamos trabajando dos personas para poder darle a esta historia un fondo, un argumento y tanto detalle como sea posible.
Para leer todos los capítulos seguidos, os aconsejaría que buscarais por "Bastión", el título de esta obra.

Ahora os dejo con el prólogo...

LA FIESTA
- Sabes perfectamente que los viernes no puedo quedar, Jack…
- Steve, tío, es mi fiesta de cumpleaños…
- ¿Y no podrías pasar la fiesta al sábado, como siempre? El domingo es un partido importantísimo, y no sería bueno que faltase…
La discusión continuó durante más o menos media hora, pero ambos llegaron al acuerdo de aplazar el festejo al sábado, con la condición de que Steve fuese el que avisase a los demás del cambio.
Steve guardó su ropa en la mochila, cargó con su coraza y su casco y se fue a entrenar, como cada viernes. Por el camino llamó a los demás para confirmar el cambio. No hubo problema en nadie, excepto en Jeannette. Todos siempre pensaron que ésta creía ser la líder del grupo o algo por el estilo, y que todos estaban a sus pies. Sin embargo, no era más que una chica normal con unos amigos que no aguantaban sus tonterías. Tras discutir con Jeannette, ésta accedió cambiar sus planes del sábado para ir a la fiesta de Jack.

Tras llegar al campo, Steve se percató de que faltaba un gran número de compañeros de su equipo. Su entrenador miraba impaciente el reloj, mientras unos diez jugadores se vestían para empezar a entrenar. El “roster” del equipo se componía de sesenta y tres jugadores en total, que no solían faltar nunca. Tras ajustarse las protecciones de las piernas y poner la camiseta sobre la coraza, Steve se acercó al “Coach” de ataque que maldecía a los difuntos del resto de la plantilla.
- ¿Dónde está el resto? Estamos a dos días del partido más importante de la temporada y necesitamos mejorar las jugadas de pase…
- A lo mejor tú lo sabes mejor que yo… Además, tu única función en el terreno de juego es de defensa, y no de ataque. Preocúpate en mejorar tus capacidades de placaje y deja al resto en paz…
- Déjame que te diga que como las cosas estén así el sábado, mi función también será de ataque.- dijo Steve elevando el tono- Porque aquí solo veo a diez tíos que solo tienen clara una función…
- Mira a esos diez tíos, porque tú no te encontrarás entre ellos el día del partido. Quedas excluido.
- ¡No puedes excluirme! No eres mi “Coach”.
- A falta de tu “Coach”, yo puedo serlo. Estás fuera.
Enfadado, Steve volvió a su casa con las protecciones y la coraza puesta, arrastrando la mochila casi abierta y el casco en otra mano. A mitad de camino de su casa, que se encontraba aún lejos, un coche paró a su lado y le pitó. Era Shahin.
- Se te ve alterado, Steve- dijo Shahin nada más ver como su amigo entraba en el asiento del copiloto tras tirar su mochila y su casco en el asiento de atrás.
- El gilipollas del “Coach” de ataque me ha excluido. Qué hijo de la gran puta…
- Relájate, Steve- Shahin paró el coche un momento- Como ya te dije, debes canalizar tu ira para eliminarla…
- ¿Cómo quieres que elimine mi ira si el domingo no voy a jugar? Si por mi fuese, destrozaba al primero que viese en el campo, pero no me ha dado tiempo ni a atarme las zapatillas…
Shahin salió del coche y se acercó a la tienda que se encontraba a unos metros. Tras comprar unos refrescos y algo para picar, se fue con Steve a sentarse donde siempre lo hacía cuando querían charlar. Siempre solía estar lleno de gente, pero esa tarde no había nadie. Tras charlar sobre lo que había sucedido en el campo, Steve y Shahin comentaron los planes de Jack para el día siguiente. Parecía ser divertido, porque las fiestas de Jack suelen tener de todo, excepto fin. Como vivía solo, la casa de Jack era el centro de reunión por excelencia. Además, la gente lo pasaba en grande demostrando sus capacidades. Shahin era un explorador. Su vida la dedicó en pleno a la búsqueda de nuevos retos. Además es un experto en Aikido y siempre que había una fiesta de este calibre llevaba sus armas y hacía pequeñas exhibiciones. Jack intentaba practicar este arte, pero su pasión era tocar el bajo. Por eso él prefería hacer solos a luchar contra Shahin. Irvine y Miley se conocieron en la facultad de medicina y desde entonces no se han separado. Excepto en las fiestas, ellos solían salir a solas. Steve era jugador de Football americano, y aún siendo pesado, solía entretener a sus amigos con las mejores jugadas del partido de la semana pasada y de otras. Robert era un fanático del cómic manga y de todas sus variantes, y siempre traía algunos tomos entretenidos. También solían ir Emily, la novia de Shahin, y Tatyana. Ésta era una chica muy tímida que solo aparecía si Jack la llamaba. Aparte de todos éstos, estaban Jeannette y Denisse. Sus planes no solían coincidir con los planes del resto, y cuando venían Jeannette siempre discutía con Shahin.
Al llegar la noche, Shahin llevó a casa a Steve. Éste ya se había cambiado y estaba dispuesto a llamar a su novia Sarah para comunicarla el cambio de planes de la fiesta de Jack. Tras sacar su teléfono móvil del bolsillo exterior de la mochila y marcar el número, éste no dio señal. Tras varios intentos, Shahin propuso a Steve una partida de bolos. Como Steve no tenía nada mejor que hacer, aceptó la propuesta.

Aún siendo temporada de vacaciones, la ciudad estaba más vacía que de costumbre. Por suerte, la bolera estaba abierta y a su disposición. Shahin, usando sus conocimientos y capacidades de concentración, derrotó a Steve en la tercera tirada. Tras jugar dos partidas, decidieron ir a cenar algo y volver a casa para descansar. La fiesta del día siguiente sería inolvidable y debían estar descansados.
De camino a casa de Steve, Shahin vio a un hombre tirado en medio de una calle. Frenó en seco y se acercó para socorrerle. A su lado yacía una persona tirada, rodeada de un charco de sangre.
- ¿Qué ha ocurrido? ¿Se encuentra usted bien?- preguntó Shahin analizando las heridas del hombre. Tenía rasguños debidos a algún tipo de forcejeo y un mordisco en el brazo.
- ¡Este gilipollas me ha mordido! Pero ha probado el frío acero de mi navaja…
Tras llamar a los servicios sanitarios, y mientras Steve ayudaba a levantarse al hombre del suelo, Shahin tomaba el pulso al agresor. Por desgracia, ya no tenía. La ambulancia se llevó al hombre para tratarle los golpes y el mordisco y una empresa funeraria se hizo cargo del cadáver. La calle estaba oscura y no se distinguía el rostro de nadie, salvo los de los tripulantes de la ambulancia.
Después de haber socorrido al hombre, Shahin llevó a casa a Steve y se marchó a la suya a descansar.

Jack abrió el regalo que todos sus amigos habían comprado para él. Era un equipo de música nuevo con una entrada especial para enchufar el bajo. Tras una copiosa comida en un restaurante prácticamente vacío, el grupo fue a casa de Jack para pasarlo bien. Mientras Shahin subía sus armas a casa e Irvine iba a la tienda a por bebida, Steve volvió a llamar a Sarah para avisarla de donde estaba por si quería venir, pero su teléfono móvil seguía sin dar señal.
Tras instalar el equipo de música y estrenarlo con un magnífico solo de bajo, Jack sirvió bebidas de todo tipo a sus invitados. Shahin enseñaba a Tatyana a manejar el wakizashi, un tipo de espada corta japonesa. Jeannette hablaba con Denisse sobre moda y su hermana Miley se acomodaba entre los brazos de Irvine. Robert y Emily discutían sobre una nueva serie de anime que parecía ser interesante. El único que no se lo pasaba bien en esa fiesta era Steve. La música que sonaba a todo volumen no era de su completo agrado, y la idea de que llevaba más de tres días sin saber de su novia le preocupaba excesivamente. Era de noche, y la oscuridad cubría cada esquina de la ciudad. El silencio era sólo roto por la música y las risas de todos en casa de Jack.

Steve no sabía como animarse, pero recordó que esa noche ponían en la televisión su película de football americano favorita. Tras coger una de las muchas bolsas de aperitivos que Jack guardaba para la fiesta y una lata de cola, Steve encendió el televisor de la cocina y sintonizó el canal en el que se exponía la película.
Pero, tras cinco minutos de película, se inició un avance informativo urgente. Parecía un mensaje no de la propia emisora, sino de la nación. Tras escucharlo, Steve dejó caer el plato con aperitivos que tenía y el refresco, haciendo ruido y alertando a todos.
Jack y los demás se acercaron a la cocina para saber que ocurría, y vieron a Steve pálido y con síntomas claros de taquicardia. Mientras Miley atendía a Steve y Jack bajaba el volumen de la música, el resto se dedicó a escuchar lo que aquel mensaje decía:
“Atención a todas las personas que estén en condiciones de escuchar este mensaje: Se ha detectado un brote del virus Solanum en la población. Este virus provoca descomposición corporal al infectado, transportándolo a un estado de shock en el que su único objetivo es alimentarse de carne humana. Los centros sanitarios de todas las ciudades tienen un contingente militar instalado para evacuar a las personas sanas. Si usted ha sido mordido o arañado por un infectado, padece el virus. Si usted está infectado, aléjese de sus familiares y personas cercanas…”
Shahin, Jack, Irvine y Emily subieron a la buhardilla del edificio, desde el que se veía el centro de salud de la ciudad. Tras asomarse, Emily profirió un grito ahogado y se abrazó a Shahin. La gente se agolpaba a las puertas de dicho centro, en el que un grupo militar se encontraba preparado para disparar. Lo más raro en esto, es que los militares no pretendían dejar pasar a la gente, más bien la neutralizaba a tiros. Todas las personas caminaban lentamente y proferían un gemido aterrador. Estupefactos, vieron cómo esas personas se abalanzaban sobre los soldados y les descuartizaban a mordiscos. Tras eso, se dirigían dentro del edificio. Jeannette subió unos minutos después, y tras ver la catástrofe no pudo evitar soltar un grito agudo de terror. Tras este gesto, de forma inimaginable, todas las personas de los alrededores miraron en dirección al grito y con mayor rapidez se acercaron al lugar de donde el sonido procedía. Asustados, volvieron a casa de Jack para hacer balance de la situación…

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